Como ya amenacé ja voy a ir poniendo recetitas que he hecho en las Fiestas Navideñas.
Para ser sincera, esta no la he cocinado yo, pero me vais a permitir colgarla. El cochinillo es lo que siempre hemos cenado en Nochebuena, en mi casa (aunque es la casa de mis padres, me sigue gustando decir “mi casa” la siento más mía) y a mi madre le sale buenísimo, de verdad que lo he comido en otros sitios, pero ninguno como el de ella, quizás por que nos acostumbramos a los sabores de nuestras casas, y aunque luego nosotros lo hagamos igual, hay recetas que al menos a mí, no me salen tan buenas como las de mi madre
Ingredientes:
1 cochinillo
Ramas y hojas de laurel
Manteca de cerdo
Vino
Agua
Preparación:
En esta ocasión está troceado, pero se puede dejar entero por medias piezas. Embadurnar bien de manteca blanca y salar, tapar las orejas con papel de aluminio, para que no se quemen.
Poner en la bandeja de horno una capa abundante de hojas y ramas de laurel, como si fuese una cama. Colocar encima el guarrito o cochinillo.
Regar con un buen vino y un chorrito de agua y programar el horno a 180º durante 1 ½ hora aunque el tiempo es aproximado, cada horno es un mundo.
Para orientarnos tendremos en cuenta que al pincharlo con una aguja de hacer punto no salga sangre y que la piel esté doradita
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